Las intensas tormentas en el sur y el oeste de Alemania provocaron una acumulación de granizo de hasta medio metro de altura.

Cayó tanto granizo en el pueblo de Weiler, en Baviera, en tan poco tiempo que algunas carreteras quedaron totalmente bloqueadas por el hielo.

Muchas calles, plazas e incluso jardines se transformaron brevemente en paisajes invernales por las fuertes granizadas.

Los árboles fueron arrancados de raíz y los bomberos tuvieron que salir a bombear los sótanos inundados durante las tormentas.

Hace casi un año, Alemania se enfrentó a uno de sus mayores desastres naturales cuando decenas de personas murieron después de que lluvias torrenciales azotaran partes occidentales del país.