
Cabe destacar que el 9 de mayo en Argentina se cumplieron 10 años de la conquista de la ley de identidad de género, una ley vanguardista, la mejor del mundo, que establece que toda persona tiene derecho a desarrollarse y ser reconocida por su identidad autopercibida.
Esta lucha que fue impulsada por Claudia Pía Baudracco desde ATTTA Red Nacional, la población trans en su conjunto y las organizaciones de la sociedad civil logramos este derecho.
La Ley de Identidad de Género es una buena práctica impulsada por la sociedad civil y que es replicada en los países de la región donde aún se niega el derecho a la identidad de las personas trans. Siempre sostuve que la ley de identidad de género venía a cubrir un 30% de garantía y acceso de derechos a la población trans, el otro 70 % solo puede ser garantizado a través de una Ley Integral Trans, una ley que se propone para que nadie quede afuera. Esta iniciativa tiene como objetivo saldar la deuda histórica que tiene el Estado con la población trans, garantizar el acceso a todos los derechos (educación, trabajo, salud y vivienda.) y en todas las edades (las niñeces, adolescencias y personas adultas mayores han quedado históricamente por fuera). Por eso desde nuestra población exigimos la reparación histórica porqué las personas trans hemos sufrido y seguimos sufriendo violencias de todo tipo ya sea por acción u omisión del Estado y la sociedad, somos expuestas sistemáticamente a los ataques trans odiantes en todos los ámbitos y que la mayoría de las veces concluyen de la peor manera: en crímenes de odio
Los números hablan, los números no mienten y nuestro Informe Nacional “No muero, ¡me matan!” realizado por el Centro de Documentación y Situación de las Personas Trans en América Latina y el Caribe (CeDoSTALC) muestra que el 55% de las muertes trans del año 2021 se debieron a enfermedades tratables. Por la falta de acceso a la salud integral. Además, el 89% de las víctimas trans alcanzadas por el informe tuvieron como única vía de sobrevivencia el trabajo sexual, a estos números también se suman la pobreza que nos afecta, alcanzando a la población trans casi en un 100 % de pobreza extrema.
En el año 2022 las personas trans tenemos que dejar de ser las olvidadas de la democracia, y tenemos que dejar de contar muertes en manos de la violencia machista, de la violencia institucional y de la exclusión social.
La mayoría de los hechos de violencia sufridos por la población no son denunciados. Y sí lo son, en general no son caratulados como transfemicidios o crímenes de odio. Este panorama se complejiza aún más al encontrar barreras en el acceso a la justicia, por lo que el índice de denuncias presentadas por personas trans víctimas de vulneraciones y violaciones a los derechos humanos es bajo. Por otro lado, los datos sugieren que 55.9% de los hechos de violencia fueron dirigidos hacia personas con un rango de edad de entre 19 y 45 años, un porcentaje mayor que aquellas menores de 18 años o mayores de 45 es por eso que desde nuestra lucha siempre planteamos la reparación histórica, sobre todo para las compañeras mayores, sobrevivientes del abandono total del Estado. La violencia sigue recrudeciendo por los mensajes de odio de políticos y comunicadores sociales que siguen fomentando la violencia y los discursos de odio hacia las personas trans en la Argentina
Por eso exigimos que el Congreso de la Nación ponga en temario de agenda el tratamiento, debate y sanción de la Ley Integral Trans. Vamos por una ley de máxima para que nadie quede afuera.

